Muchos de nosotros comenzamos a trabajar sin un plan de salida. Aceptamos ese empleo tan preciado, seguro y determinante como si fuera la meta final. Pero la realidad es otra: un trabajo debe ser planificado como algo finito, algo que en cualquier momento se puede acabar, muchas veces sin tomar en cuenta nuestros deseos o sentimientos, tiempos o circunstancias.
Por eso, antes de aceptar un empleo, hay que entender una verdad fundamental: el trabajo no es un fin, es un medio. Es el puente que te permitirá construir lo que viene después.
¿Y qué hay después? Tu pasión. Aquello que te ves haciendo hasta el último de tus días.
He insistido incansablemente en la palabra "pasión" en vez de decirle negocio, hobby o emprendimiento, por una razón muy simple: una pasión puede convertirse en el mejor de los emprendimientos, pero no todo emprendimiento se convierte en una pasión.
Y si es algo que harás por el resto de tu vida, más vale que sea algo que te enamore cada día, que te impulse a seguir adelante, y que fundamentalmente no te canse ni te aburra.
Sé que es más fácil decirlo que hacerlo. Las pasiones, al principio, suelen ser invisibles y frágiles. La mía, por ejemplo, comenzó en 2016 como una idea de 20 dólares que no daba ni para un taco una vez al mes.
De esa pequeña idea aprendí la lección más importante, que da título a este post: "No dejes tu empleo sin antes encontrar tu pasión". Pero la versión honesta debería ser: "No dejes tu empleo hasta que tu pasión te dé para vivir".
Tu verdadera pasión, esa que te define, probablemente crecerá muy lento. Pasarás meses, quizás años, sin recibir un centavo. Te aseguro que pasarán AÑOS antes de que sus retornos puedan siquiera acercarse a tu salario. Por eso, no solo es vital encontrar tu pasión rápido, sino empezar a dedicarle tiempo mucho más rápido.
Tu empleo actual es tu mayor aliado en esta misión. Es el inversor ángel que financia tu verdadero sueño.
Si llevas muchos años en tu trabajo y todavía no has encontrado o no has empezado a construir esa pasión, déjame decirte que la noche está llegando. Y la noche, a veces, puede volverse muy fría y no deja ver con claridad los planes.
La procrastinación es el enemigo silencioso de los sueños. Cada día que pasa es un día menos de construcción, un día menos de crecimiento para esa frágil idea que podría convertirse en tu futuro.
Usar tu empleo como un puente financiero y estratégico es la forma más inteligente de asegurar un futuro exitoso. Aquí tienes los pasos:
Define tu Pasión: ¿Qué harías incluso si no te pagaran? ¿Qué problema te encanta resolver? Sé brutalmente honesto contigo mismo.
Trátala como un Segundo Turno: Dedica tus noches, tus fines de semana, tus madrugadas. Invierte el tiempo que otros gastan en ocio pasivo en construir activamente tu futuro.
Establece Bases Financieras Sólidas: Tu salario no es solo para vivir, es capital semilla. Ahorra de forma agresiva, crea un fondo de emergencia y reinvierte cada centavo que genere tu pasión de vuelta en ella.
Mide el Progreso: No trabajes a ciegas. Fija metas mensuales. ¿Cuántos clientes nuevos? ¿Cuántos productos vendidos? ¿Cuántos seguidores? Celebra las pequeñas victorias; son el combustible que necesitarás.
No Salgas del Puente hasta que Sea Seguro: El momento de saltar no es cuando estés cansado de tu jefe. El momento es cuando los ingresos de tu pasión cubran de manera consistente tus gastos básicos. Ni un día antes.
Quizás, en un futuro no muy lejano, recuerdes haber leído esto y digas: "Menos mal que empecé en el momento debido". No dejes que ese momento se te escape.
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